Hace ya veinte años que se alejó para siempre de la gente, sus ritos, y sus dioses. Las explosiones de la noche anterior no le dejaron dormir en paz, y se había levantado un tanto malhumorado. El último hombre sobre la tierra ordeñaba su cabra, como cada mañana, y pensaba en alta voz que uno de estos días regresaría al pueblo en busca de una mujer que le haga compañía.
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5 opiniones inteligentes:
¿y ese sueño lo hizo realidad?
Un saludo.
Espero que la encuentre, tanto tiempo solo en el campo no puede ser bueno.
Me gusta como has dejado el blog.
Estela, para mi un sueño recursivo es tan real una una vivencia aislada en el pasado.
Borja, tampoco yo pierdo la esperanza, aunque tiene ante sí un problema de difícil solución.
Si es que no es bueno que el hombre esté solo! Y aunque la cabra no le de sablazos a la visa y le entregue sin remilgos su mejor leche... jo! es una cabra jajaja
De acuerdo Ardilla, la cabra aunque se preste a metáforas, sigue siendo una cabra
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