MADRID.- La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ha anunciado que en España se creará la primera línea caliente gratuita. Según sus palabras, el teléfono se propone ayudar a los hombres "a canalizar su agresividad en vez de recurrir a la violencia".
Fuentes cercanas a Noticias tuneadas han confirmado que se contratarán operadoras entre los grupos de mujeres más propensas a la violencia de género. A las candidatas elegidas se les instruirá con patrones de actuación típicos y tendrán ante sí un panel de control donde podrán seleccionar grabaciones de gritos histéricos o frases como: "¡Hijo de puta!", "¡Poco hombre!", "¡Qué me matas!". De esta forman garantizarán a las futuras trabajadoras sociales condiciones ideales de trabajo.
A diferencia de las líneas eróticas tradicionales, no se empleará un lenguaje complaciente, sino que se intentará estimular la agresividad masculina desde el mismo comienzo de la llamada, recurriendo también a frases tradicionales como "A mí no me toques", "Borracho asqueroso", "¿Dónde estuviste hasta esta hora?", etc...
Al inicio de la comunicación, el maltratador será atendido por una operadora automática, con reconocimiento de voz, que le dará a elegir, de un menú, el tipo de víctima que prefiere y a escoger un perfil de agresor que se ajuste a su personalidad, como alcohólico, mediocre sexual en todas sus variantes, puteado en el trabajo, etc...
El anuncio no ha recibido la mejor acogida en todos los sectores sociales. Grupos feministas han protestado enérgicamente alegando que a las mujeres urge el desahogo más que a los hombres. Este tipo de líneas puede ser mucho más útil para ellas, aclaran, ya que a las féminas les da igual con quién hablan mal de su pareja.
El "líder" de la "oposición", Mariano Rajoy, opinó que la medida propuesta, aunque necesaria, nace incompleta porque los hombres no sólo necesitan ofender a sus novias y esposas, también es preciso insultar a determinadas compañeras de trabajo. Su comentario mereció las más cruentas burlas de la voz y alma de la COPE,
La Conferencia Episcopal ha declarado que el gobierno socialista abre de este modo dos nuevos frentes en su batalla contra la iglesia católica. Por una parte, pretende desvirtuar, aún más, el concepto de familia tradicional, donde el marido golpea a su esposa en el seno del hogar, sin incurrir en la promiscuidad de ir a maltratar a desconocidas. En segundo lugar, la jerarquía eclesiástica denuncia que para quejarse ya basta con el confesionario, y no hacen falta organizaciones alternativas.
También la compañía de telecomunicaciones, Telefónica, ha alertado que esta nueva medida puede acelerar el lamentable estado de deterioro de las cabinas de teléfono, al inducir a nuevas formas de vandalismo, porque muchos usuarios de estos servicios preferirían el anonimato de los teléfonos públicos para dar rienda suelta a su violencia.
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