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NOTICIAS TUNEADAS

In memoriam


04 septiembre 2009

« 8 comentarios»

Hace exactamente un año que murió el viejo Philips. Se mantuvo transmitiendo hasta que sus colores se redujeron a un verde soporífero. Desde que falleciera el mando a distancia, tres años antes de su propio deceso, el viejo cascarrabias se negó a obedecer a los engreídos mandos universales, de jóvenes botones y formas aerodinámicas. Creo que le tomé cariño debido a nuestro frecuente contacto físico, inevitable cuando cambiaba el canal o variaba el volumen. Él se aprovechaba de mis sentimientos y solía gastar bromas de mal gusto: no presencié ningún gol del mundial de Alemania pues el viejo Philips se escapaba a un documental cercano en cuanto el delantero se acercaba a puerta, practicaba también jugarretas como hacer lucir a Jacko cada vez más blanco o rejuvenecer año tras año a decadentes vedettes. Así era él. ¡Cuánto nos divertimos juntos! Un día como hoy no pudo rebasar las sanguinolentas crónicas del telediario de Antena 3.

Aquella fatídica jornada, tras regresar del Punto Limpio, me propuse rehacer mi vida. Aunque aún no lo he conseguido. Lo intenté con los diez libros más vendidos de la temporada, pero me parecieron películas silentes que languidecían a mi morosa velocidad de lectura. El atractivo de la gente vulgar, que tropezaba en la calle, nunca alcanzó, ante mis ojos, el acabado cinismo de la televisión. Llegué a pagar en ciertos bares por ver un partido de fútbol, en televisores que se prostituyen durante noventa minutos por el precio de una miserable jarra de cerveza. En el trastero de casa yacen olvidadas varias videoconsolas, distantes en su frívola realidad, a la que sólo puedo acceder con un mando de botones asépticos. Quizás me haya tornado tan cascarrabias como el viejo Philips, no lo sé, aunque me basta mi argumento definitivo: sus transmisiones son irrepetibles.



Lecturas prohibidas


01 septiembre 2009

« 10 comentarios»

El grueso volumen del Ulises cayó sobre su pequeño cráneo. Pobre niño, aún no cumple los ocho años. El pronóstico es grave. Al parecer leía recostado en la cama y el libro se resbaló entre sus manos. La policía interroga a la madre en la comisaría. Ella asegura que lo intentó todo con tal de evitar que su hijo leyese, pero que él se las ingeniaba para traer libros escondidos a casa. Pretendía jugar con una consola, pero retomaba la lectura en cuanto se descuidaba la madre. Hay niños así: muy intranquilos. Pienso que en su cabeza impactó el contenido del libro, no el peso; el efecto de un golpe desaparece pronto, sin embargo la literatura se encona sin dejar cicatrices visibles. Afortunadamente no se trataba del Quijote, pues hubiese reavivado el debate nacional sobre el peligro de ciertas prácticas tradicionales; aunque es una verdad a voces que cada año el Quijote provoca más muertes que los toros. Gracias a Dios que la lectura no se le ha metido por los ojos a los míos.


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