En lo profundo de mi cerebro se ha enconado una palabra. A la caída del sol, suele bajar hasta la punta de la lengua, pero se esconde en cuanto intento pronunciarla. De noche, mientras ella reposa, yo no logro conciliar el sueño, porque me falta justo ese vocablo para completar una frase. Las ecografías se suceden sin que el doctor logre escucharla. El hipnotizador de cabecera concluyó que no se trata de una palabra de mi infancia. Los poetas consultados aseguran que me adaptaré a vivir sin ella. Mi insensible jefe se niega a aceptar la baja médica por: un poco de cerumen atorado. En casa todo está patas arriba, hasta yo, y los niños se burlan al verme con la cabeza hacia abajo, intentando que la palabra descienda por su propio peso. Mi esposa confía ciegamente en una terapia de orgasmos enfocados, que le sugirió una amiga de toda confianza. Mi abuela sólo pregunta por la última vez que entré al baño. Lo peor es la masa de creyentes que pernocta frente a casa, con toda su fe puesta en que mi palabra salve a la humanidad, o al menos a ellos. Los de la tele han ofrecido millones para que la revele durante una retransmisión en directo, pero de qué vale el dinero si una palabra no te deja disfrutar de la vida. Cada día los medios se inventan una nueva noticia sobre mi vocablo. En San Valentín los comerciantes vendieron la palabra amor, como si fuera mía. Filósofos, políticos y timadores se frotan las manos; en mi boca han puesto todos los términos posibles, desde dios hasta certidumbre. En el televisor sólo encuentro programas de participación que premian palabras probables y aprobables, enviadas por sms; excepto en el canal de historia, cuyos reportajes versan sobre vocablos célebres, nunca dichos o que cambiaron el mundo. La historia de esta palabra parece no tener fin, crece y crece por día; me pregunto hasta cuándo tú podrás soportarla.
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9 opiniones inteligentes:
Muy bueno Serio, tienes una gran imaginación. El problema es que ahora me has dejado pensando en esa palabra, no podré dejar de hacerlo, ¿qué palabra será?
Un beso
Pues....Pasapalabra.
Besos
Eso va a ser la primavera. A mucha gente les provoca congestión. Yo creo que en cuanto llegue el calor, saldrá licuada por alguno de tus poros.
Me divierte mucho tu surrealismo, Serio.
Un abrazo
Realmente bueno, Serio.
Es difícil no dejar de seguir pensando en ello después de haberlo leído.
Me voy con la palabra a otros blogs
Un abrazo,
Ramón
Me gusta mucho tu fina ironía. La forma de relatar y el contenido del relato, es muy original, diferente.Me ha gustado mucho leerte - disfruto con ello.Por cierto, la palabra que tienes atravesada no será la qué buscan los políticos;"honradez".
Serio, vengo a darte las gracias por pensar que habia escrito yo la carta del divorcio, en mi blog.
No es mia, simplemente la llevé alli para que la leyeran mis lectores.Porque me gustó.
Gracias por pensar que podia ser yo la autora, pero no llego a tanto.Y menos a ganar concursos.
Tu si que tienes posibilidades.
Tus relatos son geniales, originales y siempre nos hacen pensar.
La palabra que buscas ¿no será modestia? ¿ o inocencia? ¿o entrañable?
Cuando la descubras, por favor, dinosla que nos tienes en un ay
Sea la que sea
Las palabras se toman su tiempo, como todo en esta vida. No la presiones, ya aparecerá solita lo mas campante por tu cabeza y tomará forma en tu voz y en tu escritura.
Pronto, vas a ver ...
besos
Un buen texto, sí señor. Serio, nos has dejado a todos con la duda de qué palabra será. Es una fobia muy común en los escritores, no encontrar la adecuada palabra, precisa.
En fin, te felicito, está muy bien,
Juanma
Yo tengo la palabra: GENIAL.
(Aunque esto sólo es una opinión particular sobre tu relato y no pretendo ganar con ello ninguno de esos concursos... Espera, ¿cuál era el premio...?)
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