Primer día como probador de hipotecas

Como les contaba en una entrada anterior, recientemente gané las oposiciones a probador de hipotecas. Ayer fue mi primer día de trabajo, que transcurrió como un lunes infinito. Terminé extenuado y me resultó imposible sentarme frente al ordenador. Así que pospuse hasta hoy mis primeras impresiones.

Comienzo comentando lo principal: el piso. Es muy mono, aunque pequeño, pero si adoptas las posturas recomendadas te puedes desenvolver perfectamente en él. El barrio ya tiene hasta panadería. El resto de los comercios llegará con el aumento de la demanda. Por ahora, agradezco la ausencia de los feos bazares chinos. Todos los habitantes de esta urbanización parecen ser jóvenes entusiastas. Ya idearemos alguna forma de divertirnos en conjunto durante las tranquilas noches que pasaremos por acá.

¿En que consiste el trabajo?, se preguntarán a ustedes. Allá vamos. Comenzamos bien temprano, a las 8:00 am. Apenas llegamos, nos retransmiten un capítulo de Callejeros, esa divertida serie donde muestran la miseria de los barrios más pobres y los sinsabores de sus habitantes. Esta actividad pretende familiarizarnos con el más probable de nuestros posibles futuros. Al finalizar el programa, los creyentes tienen derecho a misa y los ateos a un resumen informativo.

A media mañana, tras un café, desayuno o merienda, llega la parte más interesante de esta profesión: las técnicas de subsistencia. Nos enseñan a reutilizar tanto restos de comida de días previos, que usualmente guardamos en la nevera, como la ropa de temporadas anteriores; aprendemos a bucear en los contenedores de desperdicios de los supermercados para localizar con rapidez los productos más frescos y aprovechables; nos instruyen con nociones elementales de mercadotecnia para evaluar dónde comprar más barato; y nos entrenan en la comunicación mediante vías no tradicionales, que no precisan ni del teléfono ni de Internet, y pueden resultar muy útiles en casos de hipotecas terminales.

Al final de la mañana nos ocupamos en diversas labores sociales, como participar en estudios de tendencias de voto o en la evaluación de nuevos productos alimenticios. Para las tardes nos han planificado trabajos de campo. Debemos asistir como espectadores al desahucio de pisos expropiados a inquilinos morosos y visitar propiedades decomisadas por la policía a políticos y/o traficantes. Y, ¡sorpresa|, tenemos la responsabilidad de opinar a conveniencia de los medios de difusión. Uno siempre se pregunta quiénes serán esas personas que hablan para la televisión en casos tan lamentables. Pues ya ven ustedes, se trata de gente como nosotros, los probadores de hipotecas.

Muy importante, nos comentaron que al final de cada semana nos someterán a un riguroso control médico y a varios exámenes psicológicos. Debemos cuidarnos porque esta profesión implica una tremenda responsabilidad y posibles riesgos a nuestra salud. Aún cuando descansemos en casa estaremos, casi como en el trabajo, preocupados con el pago de la hipoteca.

Ahora tienen una idea general del contenido de trabajo de un probador de hipotecas. ¿Se animan a participar en las próximas oposiciones? Ya les contaré cuando tengamos novedades por acá.