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NOTICIAS TUNEADAS

El finalito del princi Pito (V)


17 enero 2008

A cada instante aprendía algo sobre su barrio, sobre sobre su vida, sobre sus medios de subsistencia. Todo venía espontáneamente, sin meditar. Fue así como conocí el drama de los ocupas.

Y en efecto, en el piso patera del princi Pito había inquilinos que pagan el alquiler y otros que viven de ocupas. Por consiguiente, buenos convivientes y otros de cuidado. Pero en la oscuridad de la noche no se distinguen los habitantes legales de los ilegales.

Los ocupas se camuflan en los pisos pateras, duermen en ellos sin revelar sus secretas intenciones, hasta que, aprovechando un descuido de sus habitantes, cambian las cerraduras y asumen el control total del la morada. Si se tratara de una vivienda vacía, sólo sería preciso armarse de paciencia para recorrer los enrevesados caminos legales hasta lograr que echen a los indeseables. Pero si se tratara de un piso patera las consecuencias son dramáticas por las decenas de personas que pueden quedar en la calle, que, desesperadas, intentarían recuperar el domicilio perdido, generando una violencia de consecuencias impredecibles. Cuando se descubre a un ocupa es necesario deshacerse de él enseguida. Si hay inquilinos terribles en el piso patera del princi Pito...ésos serían los ocupas. El barrio estaba infestado de ellos. Y si un ocupa no se echa a tiempo, ya jamás se podrá echar. Cubren todo el edificio. Lo dañan hasta los cimientos. Y si la edificación es demasiado pequeña y los ocupas demasiados numerosos, lo pueden convertir en un solar.

"Es una cuestión de disciplina", me dijo el princi Pito. "Cuando uno termina su aseo por la mañana (es sólo un modo de hablar de esos primeros minutos tras despertarse), se debe hacer, cuidadosamente, el aseo del piso. Uno debe obligarse, regularmente, a echar los ocupas desde que los diferencia de los inquilinos que pagan su parte del alquiler, aunque se parecen mucho cuando son recién llegados. Es un trabajo aburrido, pero muy fácil.

Un día me aconsejó intentar un dibujo para meter en las cabezas de los niños de mi barrio esta idea: "Si algún día peregrinan de piso en piso", me decía, "les podría ser muy útil. A veces no hay inconvenientes en dejar el trabajo para más tarde. Pero si se trata de ocupas es siempre una catástrofe. Conocí un piso habitado por un perezoso. Había descuidado tres pichones de ocupas..." Y bajo las indicaciones del princi Pito dibujé a esta familia ocupa.

No me gusta mucho dármelas de moralista. Pero el peligro de los ocupas es poco conocido. Para prevenir a mis amigos de un peligro que los acecha desde hace tiempo, como a mi mismo, sin conocerlo, he trabajado tanto en este dibujo. La lección que les doy vale la pena. Quizás ustedes se preguntarán: ¿Por qué no hay otros dibujos grandiosos como el de los ocupas en este libro?. La respuesta es muy sencilla: He trabajado, pero no he podido conseguirlo. Cuando dibujé los ocupas estaba animado por el sentimiento de la urgencia.

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Based on a work at Minima Black de Douglas Bowman para Blogger.